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Es curioso observar a las diferentes especies durante el cortejo. En Faunia, puedes visitarlos en los acuarios situados en el pabellón de Sombras Silenciosas. Cada animal tiene una manera distinta de atraerá su pareja, y en ocasiones, nos sorprende su manera de conquistarla. Los caballitos de mar son uno de los animales más fieles y monógamos del planeta. Pero lo que más nos sorprende es el proceso de reproducción, donde son ellos los que se quedan embarazados.
Los caballitos de mar o hipocampos son un grupo de peces marinos, que reciben este nombre por el peculiar parecido que presenta su cabeza con la de los caballos. De hecho, es la única especie del género de los peces que tiene la cabeza en ángulo recto con el resto del cuerpo.
Pero la característica más curiosa del caballito de mar, y única en el género animal, es que el macho es quién es fecundado. La hembra usa su ovopositor para insertar los huevos maduros dentro de la bolsa incubadora del macho y donde serán fertilizados. Es decir, el caballito de mar macho es el que se embaraza.
En este caso, la madre se limita a depositar sus huevos en un minúsculo orificio de la bolsa incubadora que el macho tiene en la parte delantera de la cola. La entrada de los huevos en el saco en un proceso extraordinariamente rápido que dura apenas 6 segundos. El macho fecundará los huevos y los incubará durante dos meses. A medida que los embriones se desarrollan la bolsa incubadora se agranda dándole al macho un tierno aspecto de embarazado.
Veamos en este vídeo parte del proceso de este cortejo entre macho y hembra, grabado en las instalaciones de Faunia:
Cuando llega el momento del parto, el cuerpo del padre se contrae de manera intermitente con movimientos convulsivos. Mediante flexiones, el caballito de mar comienza a expulsar las crías en forma aislada o grupal.
La mayoría de las especies de caballitos de mar forman parejas monógamas. La hembra y el macho se ayudan repetidamente y exclusivamente uno al otro. El vínculo de enlace se refuerza realizando las llamadas “danzas de bienvenida” poco después de amanecer cada día. La hembra nada alrededor del macho y ambos cambian de color paseando y haciendo piruetas juntos. Esta danza tiene una duración de diez minutos, después de la cual la pareja se separa para el resto del día.
Todavía no se conoce mucho sobre cómo forman las parejas y su duración, en caso de pérdida o desaparición de uno de los ejemplares, tardan mucho tiempo en volver a enamorarse. En algunos casos, no vuelven a tener otra, y en otras, fallecen poco tiempo después de su pareja.