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El diplodocus fue durante mucho tiempo el dinosaurio de mayor longitud conocido, y a día de hoy todavía uno de los más reconocibles por el gran público gracias a su gigantesco tamaño y a su característico cuello y extensa cola en forma de látigo. Un gigante entre gigantes al que podrás contemplar en tu próxima visita a Faunia, pues el diplodocus es una de las 18 especies representadas en el Cañón de los Dinosaurios novedad de este verano en el parque.
Este saurópodo caminó por nuestro planeta durante el período Jurásico Superior en lo que hoy conocemos como Norteamérica, siendo reconocidas y contrastadas hasta el momento varias subespecies como el longus, el carnegiei o el hallorum gracias a esqueletos desenterrados en Colorado, Utah o Pensilvania.
Un debate recurrente alrededor del diplodocus ha girado en torno a su postura y movimientos, entendiéndose que sus largos cuellos formados por al menos 15 vértebras eran demasiado pesados y largos como para mantenerlos erguidos y elevados más allá del eje horizontal con el suelo. El problema residiría principalmente en la presión arterial necesaria para oxigenar el cerebro a lo largo del cuello, llegando a considerarse la posibilidad de que contaran con “corazones” auxiliares. Además, en un primer momento se entendió que el diplodocus podría haberse desplazado con la patas abiertas hacia los lados, al modo de los lagartos, siendo esta segunda teoría hace mucho tiempo rebatida. Todo un clásico de la era de los dinosaurios. ¿Te vienes a verlo?