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Bípedo, con poderosas patas, cerca de dos metros de altura, 60 kilogramos de peso... Podría parecer que hablamos de un ser del jurásico, y sin embargo está vivito y coleando en Faunia: se trata del emú, una de las aves más grande del planeta. ¿Quieres saber más sobre ella? Ahí van algunas curiosidades.
De color gris casi uniforme, y apenas diferenciación entre macho y hembra, el emú es la segunda ave de mayor tamaño, superada solamente por el avestruz. Al igual que ésta, este ovíparo se ha adaptado a la vida terrestre desarrollando unas poderosas patas que le permiten desplazarse rápidamente por el suelo. Sin embargo, son incapaces de levantar el vuelo. ¡No las busques por el cielo!
Su alimentación se basa única y exclusivamente de material vegetal, básicamente frutas, semillas y hojas. Sin embargo, los polluelos, que requieren un mayor aporte proteico que los adultos para crecer, comen saltamontes y orugas. Para digerir estos insectos, más pesados en el estómago que los brotes, las crías de emú comen chinas o pequeñas piedras que les ayudan a triturar el alimento y facilitar la digestión.
Resulta especialmente curioso el comportamiento de estos animales en el proceso reproductivo: una vez la hembra pone los huevos, se desentiende y el encargado de incubarlos es el macho. Estos son unos padres ejemplares y, durante los dos meses que dura el proceso, no abandonan el nido. ¡Ni para comer! Te están esperando junto al Territorio Wallaby, en Faunia.