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Fernando Beltrán es un amante de las palabras. Poeta de profesión, este asturiano afincado en Madrid ha hecho del nombrar su forma de ganarse la vida, porque como él mismo explica: “De la poesía se vive pero no se come”. Él ha sido el responsable del nombre de Faunia (antiguamente llamado Parque Biológico de Madrid) y de otras muchas marcas más como OpenCor o Amena. Todo un arte. Todo un artista.
- ¿Cómo hace un hombre de las palabras su forma de vida?
Lo hace a base de esfuerzo, de conocimiento de las palabras y de intentar abrir nuevos caminos a través de la palabra. La palabra es un punto de partida y no de llegada.
- ¿Por qué decidiste meterte en el mundo de la publicidad y del marketing?
Yo lo que he hecho es escribir poesía. Mi oficio es el de poeta, que es lo que decidí hacer a los 17 años. De la poesía se vive pero no se come y vi que a esto del nombrar no se ocupaba nadie. Decidí lanzarme y crear un estudio para la identidad verbal, no sólo de marcas, sino de muchas más cosas. Yo me quedo entre mis libros y mis palabras y este negocio es una forma de poder vivir relativamente próximo a mi mundo de palabras.
- Faunia. ¿Cómo surgió ese nombre?
Faunia surgió conociendo el lugar. Los nombres surgen cuando tocas con los dedos, cuando pisas lo que tienes que nombrar. El Parque Biológico de Madrid tenía problemas para comunicar lo que había allí. Es un buen descriptivo, pero confuso. Busqué un nombre que sonara bien, que fonéticamente fuera agradable al oído y que evocara rápidamente lo que había ahí.
- ¿Y cómo es posible que de un nombre dependa el fracaso o éxito de un negocio?
Parece mentira pero los ejemplos te lo demuestran. Cuando un nombre confunde y no acierta a decir lo que hay en el lugar, hay un obstáculo. Si el nombre evoca este atractivo es más fácil el acceso. Por supuesto, lo que haya detrás también tiene que cumplir lo que el nombre promete.
- Me han dicho que su familia le riñó porque cuando dio con el nombre de Faunia no se aseguró usted de que todos tuvieran entrada gratuita de por vida.
Mi hija pequeña (tenía7 años entonces), en plan de broma me dijo que hacía muy mal los contratos. Me decía: “Por ejemplo en Faunia, mira que no haber puesto en el contrato entradas gratis…”
- Ahora tiene una empresa que se llama ‘El nombre de las cosas… ¿Hay alguna cosa que se le haya resistido, a la que no le ha podido poner nombre?
Pues afortunadamente muy poquitas. Generalmente damos con el nombre, pero ese nombre también tiene que gustarle el cliente y a veces no se coincide.
- ¿A parte de Faunia, cuáles más has creado?
Amena, (telefonía móvil) y se llegó a hablar de una generación Amena; Open Cor; la marca Aliada del Corte Inglés; hoteles Quo (significa Dónde en latín)…
¿Cuál es su método, cómo hace para crear una palabra?
Es un método complejo porque tienes que abrir muchas rutas de búsqueda. Primero trabajamos con el concepto, el que creemos que define el proyecto. A veces sirve como nombre marca, otras veces te sirve para seguir trabajando conociendo, tocándolo, empapándote de ello y luego trabajando con distintas técnicas hasta llevar las palabras a su máxima comunicación.
- La pregunta del millón ¿Cuál es su palabra favorita?
Mi palabra favorita va por etapas. Ahora me gusta intemperie. Para mí es una palabra que comparte belleza y vértigo. Por razones sentimentales, Lloviedo, que une Yo, lluvia y Oviedo.
- ¿Y la más fea?
La más fea no existe y se existiera habría que cambiarla. Hay que ser valiente. Muchas veces voy por la carretera y veo algunos nombres…
- Es decir, que es usted de los que va por la calle fijándose en letreros y marcas comerciales pensando: ‘pues yo pondría esto o lo otro’.
Por supuesto, no descanso. Este es un buen trabajo, pero es obsesivo. Las palabras a veces pesan. Por eso hay que tener cuidado, hay que mimarlas.
- Entonces ¿es usted poeta o creador de palabras?
Los poetas son creadores de palabras y viceversa. La palabra poeta significa creación. El poeta crea palabras y nuevos significados para las palabras que ya existen. Tienen cosas en común: el mundo de la palabra y el mundo de la concisión. El poeta intenta decir en pocas palabras muchas cosas, al igual que el nombrador. El estado de ánimo de uno y otro es distinto. Como poeta intento expresar, con mayor o menor fortuna, mis verdades, algo muy íntimo; y con las palabras intento crear el sentimiento, el trabajo de otros.
- ¿Cuáles son sus próximos proyectos?
La publicación de mi obra completa (14 obras) en Hiperión en septiembre. En el tema de nombrar ahora estoy inmerso en una agencia de viajes.