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Los hay herbívoros, carnínvoros, omnívoros... El vasto reino animal da para inifinitos tipos de alimentación, desde raíces y frutas hasta otras especies animales, pasando incluso por... ¡heces! Como es el caso de algunos insectos como la mosca o el escarabajo pelotero. Sí, vale, los hay un poco raritos, pero también hay excelentes gourmets. ¿Quieres conocerlos? Te contamos algunas curiosidades sobre qué comen los animales que puedes encontrar Faunia.
Uno de los animales más espectaculares en cuanto a temas alimentarios es la pitón reticulada. Esta serpiente es carnívora y se alimenta de animales de forma proporcional a su tamaño, lo cual es mucho decir: la pitón es uno de los más grandes que se conoce, por lo que puede llegar a tragarse jabalíes, ciervos... ¡e incluso leopardos! Después de tragarse uno de estos animales, es característico que, al hacerlo de un solo bocado, pueda adivinarse la forma del animal dentro de ella hasta que comience a digerirlo. Esta forma de alimentarse ha dado una de las escenas más célebres e imaginativas de la literatura mundial. ¿Sabes a cuál nos referimos? Si no lo recuerdas, es hora de que releas El Principito.
No es el único animal que, por su forma de comer, ha pasado a la cultura popular. ¿Conoces la expresión "lágrimas de cocodrilo"? Ésta se debe a que los cocodrilos, al igual que los humanos, poseen lagrimales para lubricar sus ojos y, hace cientos de años, se pensaba que lloraban de pena cuando mataban a una de sus presas. No podemos saber qué sienten los cocodrilos mientras se comen un antílope, pero lo que está claro es que pena no es: el lagrimeo es solo la forma de mantener los ojos húmedos mientras comen en el exterior.
Los cocodrilos, además, son de las pocos animales en los que se han observado casos de canibalismo, es decir, alimentarse de un miembro de su misma especie. Este fenómeno es uno de los casos de conducta animal más extraño, pues va totalmente en contra del instinto de supervivencia de la especie. Sin embargo, en Faunia se encuentra uno de los animales más caníbales de la faz de la tierra: el chinche asesino, uno de los pocos insectos que, frente a la escasez de alimento, no duda en comerse a los suyos.