Descubre aquí cómo conseguir tus chuches
El Ánade Real o Azulón es un pato que se distribuye por todo el hemisferio norte (aunque en invierno se desplaza hacia África, el Golfo de Arabia, México y parte del Extremo Oriente). Es abundante en lagos, lagunas y humedales (naturales o artificiales, sea cual fuere su profundidad, extensión y grado de humanización); se trata de un pato muy conocido, y posee además una enorme capacidad de adaptación que propicia su crecimiento. Aprovecha las distintas fuentes de alimentos que encuentra en los hábitats en los que se mueve. Es un ave muy gregaria que raramente permite el acercamiento a corta distancia (de hecho, es normal que huya ante la presencia humana); se agrupa para sestear durante el día y desplazarse por la noche a los comederos. El macho tiene un físico llamativo: cabeza verde azulada, pecho pardo o castaño, una especie de “collar” blanco, cuerpo gris y cola negra; otras características distintivas son su pico anaranjado oscuro y los espejuelos blancos y azules en las alas. La hembra, por su parte, es de colores más apagados, tirando al pardo oscuro. Se comunican de diferente forma, igualmente: ella con un fuerte graznido, él con una llamada más suave y aguda.
Visita Faunia y date un paseo por el Lago para contemplar toda la belleza del ánade real, una especie de pato realmente cautivadora.
La alimentación del Ánade real es básicamente herbívora (brotes y vástagos de plantas acuáticas), si bien puede nutrirse con algún alimento animal.
Son patos que nidifican lejos de las zonas de cultivos, así como en los árboles. Puede ocupar cauces fluviales, perfectamente. Los machos empiezan a perseguir a las hembras sin cortejo alguno (sobre todo, cuando los nidos están demasiado juntos), tratando de aparearse con ellas a la fuerza, nadando alrededor con los cuellos estirados en horizontal sobre el agua. Durante la época de la crianza, la hembra pone de tres a 12 huevos que eclosionan pasados unos días (de 15 a 27). La madre permanece sola y cuida a sus crías, cuya tonalidad se compone de manchas amarillas y marrones. En apenas dos o tres meses ya están preparadas para volar (de hecho son casi independientes desde el primer día, alimentándose por sí mismas).