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El Pato Colorado pertenece a la familia de las anátidas (Anatidae). Las anátidas, en España, tienen en este pato una de sus especies más características: como ave reproductora vivió un período importante (en sus mejores años llegaron a reunirse aquí 4.000 parejas, variando considerablemente en función de los niveles del agua). Esta especie cría, sobre todo, en las marismas del Guadalquivir, las lagunas de La Mancha, la Albufera de Valencia y lagunas litorales de Alicante y el Delta del Ebro; ocasionalmente lo hace también en Aragón, La Rioja, Murcia, Extremadura, Madrid, Navarra y Baleares. La mayor parte del cuerpo de la hembra es castaño, aunque la parte inferior de la cara y la superior de la garganta son blancas. Los machos, en cambio, presentan dos plumajes diferentes. El plumaje eclipse, el invernal, es muy similar al de las hembras (aunque mantiene el pico rojo); el otro plumaje es muy llamativo: su cabeza es gruesa, redondeada y de color anaranjado vivo, el pico es rojo (gris pardo por encima). La pechera, la banda ventral central y la parte posterior del cuerpo, negros; los flancos son blancos, y las patas, anaranjadas. Se trata de unas aves que pueden permanecer bajo la superficie del agua unos pocos segundos. Los suficientes para descender entre dos y cuatro metros, buceando, y alimentarse.
La alimentación del Pato colorado se basa en las plantas que consigue al sumergirse en el agua.
El Pato colorado hembra anida en el suelo, normalmente. Oculta el nido en la vegetación, cerca de la orilla, y en ocasiones compone nidos flotantes. Raíces, tallos y hojas secas componen el nido, que tiene forma de cono. Cuando está todo listo, la hembra realiza una puesta de seis a 12 huevos color crema sobre una capa de plumón pardo. Se queda sola incubando durante 27 días. Las crías son nidífugas y comienzan a volar a los 45 días de vida.