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Originario de Madagascar, el Lémur Rufo Rojo se distingue de otros lémures por dos cosas: la forma del cráneo y una glándula odorífera de marcaje en el cuello (característica diferencial de los lémures rufo y los sifakas). Es el más grande de los lemúridos, de hecho su peso medio supera los tres kilogramos ampliamente (las hembras son ligeramente más grandes que los machos). En cuanto al tamaño, puede alcanzar los 60 centímetros. La cola, eso sí, iguala a veces la longitud del cuerpo. Su cuello está cubierto por una melena, las orejas también; el rostro posee un hocico húmedo, similar al del perro (rasgo común de la familia lémur). Son de color rojo y negro, con grandes áreas rojizas en las patas, espalda y cabeza. El color del pelo puede variar a ambos lados del animal. Las hembras lideran el grupo familiar. Su llamada es la segunda más ruidosa que existe entre los primates (solamente tiene por detrás la del mono aullador).
La alimentación del Lémur rufo rojo consiste principalmente en frutas, néctar y polen. También pueden comer hojas y semillas, cuando escasea la fruta.
Las hembras, tan importantes en esta especie, crían una sola vez al año, en un período de gestación que apenas supera los 100 días. Antes construyen un nido con ramas, forrado con su propio pelaje. Los recién nacidos permanecen en el nido durante tres semanas, aproximadamente. Suelen parir entre dos y tres crías, que alimentarán gracias a sus tres pares de mamas.