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El Varano Cocodrilo, de los varanos existentes, es muy peligroso: por su tamaño, agilidad y carácter. Ven a Faunia y aprende más sobre este gran lagarto.
Existen casos documentados de varanos cocodrilo que han llegado a medir más de tres metros. Además, como cualquier otro varano, cuenta con una larga lengua bífida que utiliza como órgano sensorial. Una parte característica de su fisonomía son los dientes, similares en cuanto a forma y tamaño y por lo general muy afilados e insertados casi verticalmente en la mandíbula (no hacia atrás, como en el resto de los varanos). Puede ser que esto último sea una adaptación de cara a cazar aves (éstas forman parte importante de su dieta en libertad), ya que esta dentadura vertical puede penetrar fácilmente entre las plumas y alcanzar la carne, impidiendo la huida de unas presas que suelen ser escurridizas. Por lo demás, la musculatura en la zona craneal es tan potente que se traduce en una mordedura altamente destructiva. Las patas de estos reptiles son musculosas y terminan en cinco dedos rematados por unas garras largas, curvadas y extremadamente afiladas (herramientas imprescindibles para trepar por los árboles donde suelen vivir). En cuanto a la cola, es aplanada lateralmente y bastante fina, amén de prensil y muy útil para trepar, puesto que le sirve de miembro de apoyo. Son muy comunes en Papúa Nueva Guinea.
Cuando vive en estado salvaje, el varano cocodrilo tiene una alimentación muy variada. Pequeños casuarios (el ave más grande de la zona, imposibilitada para volar, similar al avestruz) y otras aves, así como huevos, roedores, animales domésticos y de granja y carroña forman parte de su dieta habitual.
El tamaño determina su madurez sexual, una vez que sobrepasan el metro de longitud. El ritual de cortejo para la reproducción incluye una pequeña lucha en la que hay saltos y pequeños mordiscos y golpes con la cola. Ponen entre cuatro y ocho huevos que incuban durante varios meses (tres o cuatro, aproximadamente).