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Tamanduá es el otro nombre que recibe el Oso Melero, el pariente pequeño del Oso hormiguero gigante. Su pelaje amarillo-anaranjado se combina con un chaleco negro que se extiende por los hombros, típico de las poblaciones del sureste (se trata del “oso hormiguero de collar”, una de sus variedades). Animal tímido y de hábitos arborícolas, se caracteriza por ser un excelente trepador que se desplaza fácilmente en los árboles. La cola, cilíndrica y prensil, le ayuda en sus desplazamientos. Se distribuye por Colombia, Venezuela, Trinidad, el norte de Uruguay y Argentina, desde el nivel del mar hasta los 2.000 metros de altura. Los bosques, selvas tropicales, sabanas y montes son sus hábitats predilectos; eso sí, siempre cerca de ríos y arroyos (donde abunden enredaderas y epifitas que les proporcionen alimento). Gracias al olfato, localiza a sus presas, para luego romper y abrir nidos de insectos con unas garras extremadamente fuertes y curvadas. La lengua, alargada y cilíndrica, también le sirve para alimentarse (puede alcanzar los 40 centímetros de longitud). No tiene dientes, depende de su poderosa molleja para triturar la comida.
El oso melero es uno de los animales más bellos y raros de Faunia. No dejes de visitar el pabellón Sombras Silenciosas para conocer al Tamanduá.
La alimentación del oso melero la componen termitas arborícolas, especialmente, así como hormigas y otros invertebrados. También le gusta libar la miel de las abejas.
Las hembras de oso melero quedan preñadas, por lo general, en verano. Su gestación dura entre 130 y 150 días, y el parto se produce en primavera; el joven oso se agarra al dorso de la madre durante un período de tiempo. Ella solamente le dejará mientras vaya a buscar alimento, y lo hará siempre en una rama segura.